Malos días ha tenido el Gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca. Se ha topado con lo que siempre ha temido, la gente. Le han tupido duro, barrido, llovido sobre mojado. Lo que nunca esperaba el líder supremo de la cofradía política tamaulipeca que se cree dueña del Estado.
Y es que primero quiso jugarle al superhombre, al salvador de Tamaulipas y campeón irrefutable contra el Coronavirus. Se sacó de la manga, porque dudo que haya sido a conciencia, un acuerdo con varios puntos para hacer frente a la emergencia sanitaria del Covid-19. El 90% de esos puntos eran copy-paste de las recomendaciones que el Gobierno Federal ya había dado SEMANAS ANTES y que el buen Dr. López-Gatell nos recuerda hasta el cansancio. Lamentablemente hasta para copiar son malos, porque en el tema de los negocios esenciales dejaron algunos afuera de los que ya había reconocido el Gobierno Federal. Pero bueno, se pasa.
Lo malo fue el otro 10%. ¡Se creyó Presidente! Dios nos libre. ¡Se creyó omnipotente! Bruto, dirían algunos. Pues el gobernador de la voz de llanto metió la pata. Se le ocurrió pasar hasta sobre la Constitución. Decretó sanciones y prohibiciones a derechos y garantías. ¡Doble hoy no circula! ¡Mantenerte en casa a la fuerza! ¡No reuniones de más de 20 personas! Así, cómo burro sin mecate, agarró pal'monte. Lo publicó en el periódico oficial y creyó que, cómo es costumbre, nadie diría nada, cobraría multas, fregaria al pueblo, salvo sería el Estado. Iluso.
No pasaron ni horas antes de que las redes despertarán en rabia. ¿Entonces la gente iría a sus trabajos en autobús dónde hay más riesgo de infección? ¿Si tuviera una necesidad de salir tendría que pagar una multa ilegal? ¿Acaso eso no era anticonstitucional? ¡Claro que lo era! ¡Al día siguiente ya le estaban metiendo un amparo! Se hizo viral la respuesta de la gente. El vídeo de un joven poniendo un amparo ayudó a atizar la llama. El gobierno que no se dobla... ¡Pues se dobló! La tiranía autoritaria del gobernador sufría unos reveces.
Bien regañados debieron de estar en el jurídico del gobernador. Dejaron al jefe como un tonto. Reculó a las sanciones. Francisco García mandó primero a la secretaria de Salud y luego a sus diputados panistas (y a uno que otro priísta) a defenderlo, a decir que Paquito (Cabeza de Vaca) es bueno, que no hará travesuras. Que las sanciones ya no iban, fue un malentendido. Aunque el tema de las sanciones está más que claro en el periódico oficial.
Bueno, para no hacer el cuento largo y para darle más en la torre al gober, un juez de distrito de Nuevo Laredo decidió que nadie podía ser sancionado, privado de su libertad de tránsito ni de persona por las mafofadas que había predicado su ilustre excelencia, el buey, perdón, el Gobernador de Tamaulipas. ¡Bolas! Se le vino abajo el teatro.
¡Pero no! ¡Quisieron seguirle! Decidieron ordenar a los centros comerciales que dejarán de vender insumos que no fueran esenciales. ¡Válgame! ¡Todos hediondos! Pero qué tal la cerveza. En fin, otra vez se les vino la debacle. ¿Pues como dejas al pueblo sin desodorante y sin su crema pond's? Esto obligó al gobierno a decir, otra vez, que siempre no. Que lo único que no venderían serían electrodomésticos (aunque no dudo que mañana se desdigan y siempre si los vendan).
¿Será suficiente? ¡Pues no! Otra de cabecita de buey. Pues resulta que al Senador Américo Villarreal se le ocurrió iniciar el martes con una campaña de apoyo con material médico y despensas a familias necesitadas. ¿Pues no creen que al Gobernador se le ocurre pararle dos camiones con 1000 despensas en Matamoros? ¡Se le armó la bronca! Cómo si fueran bloques de cocaína ya los tenía el Procuraduría del Estado bien custodiadas. Al Senador ya lo andaban haciendo narco. Al frijol poco le faltó para convertirse en amapola, y al azúcar... ¿Para qué les cuento?
Se volvió a armar el safarrancho. La gente salió a recuperar las despensas. Se armó el mitote. El gobernador, otra vez, a recular. Lo volvieron a doblar. Ese ser que muchos creyeron intocable y al que le temieron tantos, resultó hacerse de agua. Cabeza de Vaca quedó reducido a un simple Pancho García.
A ver qué pasa mañana. Los diputados de oposición firmaron una acción de inconstitucionalidad contra el préstamo de los $4,600 millones. Con la suerte que se carga ahorita Panchito García, peligro y hasta eso le quitan. O a lo mejor se desdice, con eso que lo trae de moda, no vaya a resultar que todo fue una broma. Le está llegando su hora al buey... De la barranca.