CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La reagrupación de los oligarcas de México, con apoyo colonialista, va cobrando fuerza hacia la elección de 2018: Quieren a José Antonio Meade como gerente de sus negocios asociados a la alta corrupción, y ya le arman una “vaquita” con recursos sin límite, la más exitosa fórmula de dominio electoral.
Claudio X. González Laporte, el consejero de Carlos Salinas de Gortari que se ufana de ser el Fidel Velázquez del empresariado, ha cumplido parte de la “liturgia” del PRI al “destapar” a Meade Kuribreña, apenas el martes 24 en la Cumbre de Negocios 2017, en San Luis Potosí, y luego anunciar, al día siguiente, que los dueños del dinero van, otra vez, contra Andrés Manuel López Obrador, líder nacional de Morena.
“Están dispuestos a actuar, porque la amenaza del populismo es grande”, dijo a la revista ForbesMéxico, declaración difundida el miércoles en su portal informativo, en la que critica a López Obrador por ser “un hombre profundamente atado al pasado; vive en lo peor del siglo XX”.
En cambio, pontificó González Laporte, Meade Kuribreña, secretario de Hacienda con Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, es la antítesis de López Obrador. Sentado junto a él, le hizo una presentación lisonjera:
“Pepe Meade nos va a poner en la mesa, de una manera que va a ser clara, lo que puede ser el gran futuro que tiene nuestro país. Porque Pepe sabe hablar de lo que es México y de lo que es su aspiración hacia el futuro. Pepe es alguien que ve hacia el futuro”.
Y “Pepe” habló no del futuro, sino del pasado, pero no del que vio el saqueo en los estados y la corrupción al más alto nivel en el sexenio anterior y el actual, sino sólo alertó de quienes propongan políticas que “suenen entre coreanas, de Alemania del Este y venezolanas”.
Otro oligarca, el presidente del Grupo BBVA, Francisco González, vino de España a violar la Constitución, como en 2006 lo hizo José María Aznar, e impartir lecciones a los mexicanos sobre cómo deben votar el próximo año.
“Si quien ocupa la Presidencia es una persona con visión más del pasado, muy populista, pensando que se pueden prometer muchas cosas que luego no se van a poder entregar, esto sería un setback, una vuelta atrás”, expresó en su visita a México, el 28 de septiembre.
Sólo a petición de la prensa, el banquero español habló de la corrupción, con una respuesta sin hondura: “Es un mal general. La tenemos en España y otros países y es un mal enorme. Es lo peor que le puede pasar a un país, compañía y sociedad. Hay que luchar contra ella”.
Sólo la corrupción, la connivencia entre el poder público y los negocios, explica la bonanza de BBVA en México, donde cobra altísimas comisiones a sus clientes. Este país que aporta la mitad de las ganancias que obtiene en los 30 países donde opera y que, el año pasado, ascendieron a 40 mil 787 millones de pesos, 18.3% más que el año pasado.
Y los privilegios de los que goza BBVA Bancomer, como el resto del sistema financiero, es lo que quieren mantener al hablar del “populismo”, como también lo hace Claudio X. González, el operador de los pactos de corrupción e impunidad que su hijo del mismo nombre prefiere no atender, salvo los de otros de la propia élite.
Ya hay indicios del plan de engorda del “cochinito” o la “vaquita” con las fabulosas ganancias que obtienen con sus negocios para que Meade, a quien el exdirigente panista Germán Martínez definió como “el gerente de los ricos”, sea impuesto a billetazos, como Calderón en 2006 y Peña en 2012. No tienen llenadera.
Comentarios en Twitter: @alvaro_delgado
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